Cuadro de Picasso

Cuadro de Picasso
Guernica

Datos personales

Bahia, Brazil
Graduada em Letras Espanhol (UNEB), Especialização em Língua Espanhola (UFBA)

jueves, 30 de julio de 2009

"GUERNICA", Pablo Picasso

La guerra civil española se inició con la rebelión militar del 18 de julio de 1936 contra el gobierno de la República, constituido en aquel momento por el Frente Popular, la coalición de partidos de izquierda. La mayor parte del ejército español, coaligado con algunos partidos de derechas y el naciente fascismo de Falange, y con el apoyo de Italia y Alemania, inició una ofensiva que culminó en 1939 con la derrota de la República y la instauración del gobierno dictatorial del general Franco, que no cesó hasta su muerte en 1975.

Picasso residía por entonces en París. Nunca había tenido mucho interés por la política, excepto quizá cierta simpatía por el anarquismo durante la época de bohemia de su juventud. A raiz de su matrimonio en 1918 con Olga Koklova, una exiliada rusa que huyó del régimen soviético y a la que conoció como bailarina de los Ballets usos, frecuentó los círculos aristocráticos y de la alta burguesía. Pero al iniciar su separación de Olga, también comenzó a distanciarse de ese ambiente.

Su nueva amante, la fotógrafa Dora Maar, así como los surrealistas con los que entró en contacto en esos años -sobre todo el poeta Paul Éluard- le llevaron a simpatizar con la izquierda y el comunismo. A principios del verano de 1936, diseñó el telón para la obra de Romain Rolland 14 Juillet, que era una celebración del triunfo del Frente Popular en Francia. Y cuando estalla la Guerra Civil, Picasso se sitúa inmediatamente a favor de la República.

En 1937, el Gobierno español decidió participar en la Exposición Internacional que iba a inaugurarse en París en mayo de ese año. Aunque el país se hallaba en una situación límite, se pensó que sería un acto de propaganda fundamental, una llamada de atención que allanara el camino para conseguir apoyo internacional. El Pabellón fue una joya arquitectónica diseñada por José Luis Sert y Luis Lacasa; en su interior, se presentaron fotomontajes, artesanías y trajes regionales, así como pinturas y esculturas de los principales artistas españoles de la época. Picasso participó con varias esculturas, con la serie de dos grabados y texto llamado "Sueño y mentira de Franco" (cuyos ejemplares se pusieron a la venta) y con el gran mural "Guernica".

Desde un primer momento, el Gobierno de la República pensó que era necesaria la colaboración de Picasso, como español y como el artista más valorado de la época. Para ello, fue nombrado Director del Museo del Prado, puesto que aceptó encantado aunque nunca llegó a tomar posesión del mismo, y se le pidió su participación en el Pabellón. En enero de 1937, se le encargó una pintura mural que sería el eje fundamental del edificio. Picasso aceptó aunque, durante mucho tiempo, quedó como paralizado sin saber cómo acometer el trabajo. Realmente, a causa de sus problemas personales (todavía estaba casado con Olga y, sin embargo, mantenía relaciones con otras dos mujeres, Marie-Thérèse Walter y Dora Maar) llevaba un año sin pintar; por otro lado, nunca le habían gustado los encargos, ni había pintado cuadros de tales dimensiones, ni se había interesado por el arte políticamente militante.

El 8 de febrero de 1937 fue conquistada Málaga por los insurgentes, y el escritor Arthur Koestler, que fue testigo, le contaría a Picasso las escenas de mujeres y niños que intentaban huir por la carretera de la costa y eran ametrallados desde el aire, escenas que quizá le servirían luego para plasmar a las mujeres con niños muertos en los brazos de "Guernica". En abril comienza a realizar bocetos, al parecer basados en uno de sus temas favoritos: el estudio del pintor, el pintor y la modelo... Pero el día 27 de abril, la aviación alemana, al servicio del ejército sublevado y a modo de ensayo para posteriores acciones, bombardea y reduce a cenizas Guernica, un pequeño pueblo vasco donde se conservaba un famoso árbol histórico, referente del nacionalismo y, en general, de las tradiciones vascas. Al día siguiente, todos los periódicos se hacen eco de la brutalidad de la acción. Se trataba del primer ataque masivo contra una población civil y el mundo quedaba conmovido. La ciudad de Guernica no era un objetivo militar y se encontraba mayoritariamente poblada por mujeres, niños y ancianos. Además, era día de mercado y la gente se encontraba en la calle completamente desprevenida. La destrucción fue casi total.

Picasso, como todos los españoles, vivió con horror y rabia la tragedia. Durante unos días no volvió a trabajar, seguramente pensando que no tenía sentido continuar con su proyecto sobre el “Taller del Pintor”. El día 1 de mayo, Día de los Trabajadores, reanuda la actividad, centrado ahora en el tema de la tragedia de Guernica, con una serie de bocetos a lápiz. Con fuerza incontenible, y durante díez días, realiza 21 dibujos y pinturas que son estudios de composición y de figuras concretas. El día 11 de mayo traslada sus ideas al gran lienzo, pero al mismo tiempo continúa experimentando en un total de 25 nuevos bocetos las formas posibles de cada uno de los “personajes”. El proceso de realización del propio cuadro está documentado en la serie de 8 fotografías que Dora Maar fue realizando de varios momentos de su concepción y desarrollo. A principios de junio, la gran tela de 349,3 x 776,6 cm., ejecutada en óleo, está acabada. Picasso ha dado a luz una de las pinturas más importantes, y probablemente la de mayor significación política, de todos los tiempos.

Se ha hablado mucho de la simbología del “Guernica”. Verdaderamente, Picasso no pintó una escena bélica: sólo el nombre puede asociarse a un hecho de la guerra de España. No se ve un bombardeo, no hay armas convencionales ni soldados. Pero, sin embargo, su potencia dramática es innegable. Es un grito de horror y pasión. Poco después de finalizado “Guernica”, comenzaron las especulaciones sobre su significado. La polémica continuó desarrollándose durante años, especialmente en dos bandos diferenciados: para unos, el toro representaba la brutalidad y el caballo era el pueblo; para otros, era a la inversa.

En 1947, Picasso declaró: “este toro es un toro y este caballo es un caballo (…). Por supuesto, son símbolos. Pero no es asunto del pintor crear los símbolos; para crear símbolos mejor sería escribir un montón de palabras en lugar de pintarlos. El público que contemple el cuadro debe ver en el caballo y en el toro símbolos que deberán interpretar tal y como los entiendan.”

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